El universo es un sistema energético que emite constantemente frecuencias, la frecuencia más alta es el amor puro, la más baja, el miedo, a la primera se conectan la gratitud, la compasión, la paz, el cuidado, la presencia, el aprecio, mientras que a la segunda, la ira, el resentimiento, el juicio, la venganza, la culpa, el victimismo, el perdón y un camino, el primer paso que nos lleva de las frecuencias bajas a las altas.
En este taller abordaremos uno de los temas más delicados y complejos de nuestra vida, una combinación tóxica que es el enemigo número uno del crecimiento personal y del que surge gran parte del sufrimiento del ser humano: la culpa y el victimismo. Vibrar en estas frecuencias y atascarnos con nuestra existencia, nada puede fluir bien si estamos alimentando la culpa y el victimismo.
La culpa es un sistema paralizante, que nos lleva a decir «sí» cuando queremos decir «no» en la búsqueda de aceptación, amor y reconocimiento para complacer a los demás, por miedo a no encajar, decepcionar o hacer daño. El resultado es la autoopresión del verdadero yo y la falta de libertad para ser quienes somos.
El victimismo, en cambio, hace culpables a los demás al darnos la sensación de ser inocentes, pero el precio a pagar es demasiado alto, porque en el camino de la víctima se pierde el poder personal.
En este taller utilizaremos los ingredientes más poderosos para este mal: la responsabilidad y el perdón divino. Viajaremos con la Respiración y elevaremos nuestro nivel de conciencia para liberarnos de la culpa, perdonarnos y asumir la responsabilidad de vivir nuestra vida.
«El odio es un veneno que bebemos esperando que la otra persona muera».
Buddha
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