La esencia se revela en cada ser humano en mayor o menor medida dependiendo de la capacidad de integración de la sombra. Dentro de nosotros late un corazón conectado con el amor, allí esta la esencia, la esencia es nuestro ser divino, es amor incondicional, la esencia no va conquistada, no viene de afuera, no es externa, pertenece a cada ser humano de nacimiento, la esencia habla el lenguaje de la unidad con la creación, la esencia es la semilla que poseemos y nos hace seres inmensos, poderosos y divinos, la esencia es el Cristo, el Buddha, el ser superior que esta esperando solo de ser reconocido, la esencia es la fuente que vive en nosotros, es la mente infinita, la inteligencia que mantiene la vida, che construye puentes, che crea obras de arte, che escribe libros, que relata discursos, esta esperando que decidamos de escucharlo, de consultarlo, la esencia es la parte de nosotros que sabe de ser creadores de realidad, de ser responsables al cien por ciento de nuestra vida… La diferencia entre vivir un día conectado con la esencia o conectado con la sombra es entre la dicha y el sufrimiento entre crear con conciencia y fluir o estar a la deriva sin poder. Para vivir en conexión con la esencia es necesario integrar, iluminar y conocer nuestra sombra.
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